Miremos en profundidad los tres niveles de dominio propuestos por Robert Greene, quien analizó a muchas grandes personas en una gran cantidad de campos y su viaje hacia la creatividad extrema y los descubrimientos revolucionarios. Descubrió que todos se sometieron a un proceso de tres pasos para alcanzar el dominio, uno que es simple y reproducible.
Si desea alcanzar niveles de clase mundial en su campo o actividad y ser quien cambie su trayectoria, conocer los tres niveles de dominio de Robert Greene será crucial para su éxito.
Muchas gracias a Robert Greene por sus maravillosas ideas y lea su libro Mastery para conocer en profundidad este proceso.
Para que estemos en la misma página, resumamos cómo ve Robert Greene el dominio y sus tres niveles de dominio.
Resumen rápido de los niveles de dominio
El dominio es una combinación de desempeño experto y creatividad de alto nivel, en la que sentimos un mayor control sobre nosotros mismos y nuestro entorno. Hemos interiorizado tanto nuestra disciplina que para nosotros es completamente reflexiva. Esto nos permite centrarnos en crear trabajos únicos y hacer descubrimientos.
La maestría es la fuente de los mayores logros de la historia. Aunque aquellos que sobresalen en su campo experimentan este estado continuamente, todos lo vislumbramos y, con un esfuerzo dedicado, podemos acceder a él regularmente.
Robert Greene enfatiza que en el centro del camino hacia la maestría hay una cualidad genética innata. Esto no es talento, sino una inclinación profunda y firme por determinados aspectos de la vida. Todos tenemos preferencias innatas por actividades o temas de estudio. Parecen surgir de la nada y son parte de nuestra singularidad, y debemos seguir estas inclinaciones si queremos hacer un trabajo increíble. Es precisamente en esas áreas donde sobresaldremos y podremos alcanzar la maestría.
Y si bien existen innumerables ideas falsas y conceptos erróneos sobre el dominio, el camino hacia él es simple. Hay tres niveles de dominio en este proceso, tal como lo presenta Robert Greene: aprendizaje del oficio, la fase creativa-activa y dominio.
Niveles de dominio de Robert Greene: descripción general de la fase 1
La primera fase de dominio es donde aprendemos el oficio. Eran fuera de nuestra zona de confort, aprendiendo todo lo que podamos sobre las reglas y elementos básicos. Todos hemos experimentado esto en nuevos pasatiempos y trabajos. Cuando empezamos, somos ajenos a ello y somos incompetentes. Tenemos una imagen parcial de la persecución y nuestras ideas se basan en miedos y juicios sesgados. Para superar este estado de vulnerabilidad, tenemos que dedicar tiempo a adquirir las habilidades básicas.
Niveles de dominio: descripción general de la fase 2
Si persistimos en nuestra observación e imitación de los demás, llegamos a aprender las reglas y las conexiones entre las partes, adentrándonos en la maquinaria de nuestro oficio. Adquirimos fluidez, podemos ser creativos, asumir mayores desafíos y ver cosas que antes eran totalmente invisibles para nosotros. Confiamos en nuestra capacidad para resolver problemas y tener éxito a través de una mayor perseverancia.
Si llevamos esto lo suficientemente lejos, pasaremos de ser estudiantes a profesionales. Utilizamos nuestro conocimiento de forma creativa, ponemos a prueba nuestras ideas y recibimos comentarios de clientes y colegas. Empezamos a encontrar nuestro propio estilo y a expresar nuestra individualidad.
Niveles de dominio de Robert Greene: descripción general de la fase 3
En la tercera fase, nuestro nivel de conocimiento, experiencia y concentración es tan profundo que vemos todo el campo con suprema claridad. Tenemos acceso al corazón de la vida: la naturaleza humana y los fenómenos naturales. Las joyas de la verdad aún no descubiertas nos llegan de la nada. Lo más notable es que nuestro conocimiento ahora nos ayuda a penetrar la naturaleza de la vida y la realidad misma. Por eso nos conmueve un gran trabajo: apunta a verdades profundas y nos conecta con nuestra humanidad.
Hemos interiorizado la habilidad hasta convertirla en parte de nuestro sistema nervioso, lo que nos permite tomar decisiones rápidas y muy creativas. Hemos aprendido las reglas tan bien que podemos reescribirlas.
También desarrollamos la intuición de alto nivel. Esto va mucho más allá de los procesos lógicos: es una mezcla de lo instintivo y lo racional, lo consciente y lo inconsciente, lo humano y lo animal. Robert Greene reitera que los maestros regresan a un estado infantil de espontaneidad aprovechando años de práctica y experiencia.

Esos son los niveles de dominio que propone Robert Greene: simples, ¿verdad? Pero si es tan sencillo, ¿por qué somos tan pocos los que llegamos a este estado? Comencemos a responder esta pregunta.
Barreras al dominio y al mundo moderno
Una razón es que a lo largo de los siglos hemos erigido barreras en torno al dominio. Lo hemos llamado genio y lo consideramos resultado de un privilegio, un talento innato o la correcta alineación de los astros. Pero estas barreras son imaginarias y destruyen nuestras posibilidades de alcanzarlas.
Sepa que su Niveles de deseo, paciencia, perseverancia y certeza. juegan un papel mucho más importante que tus facultades mentales. Robert Greene insiste en esto a lo largo de su obra. Si nos sentimos vigorizados y motivados, podemos superar casi cualquier cosa. Cuando desarrollamos estas cualidades, somos capaces de soportar las dudas, los reveses y largas horas de estudio y práctica.
Otro problema es la creencia de que el aprendizaje y el desarrollo de habilidades son una reliquia exótica del pasado. Cada vez creemos más que las máquinas deberían hacer el trabajo. La tecnología nos permite hacer cualquier cantidad de cosas sin que necesitemos practicar, repetir e interiorizar. Desde este punto de vista, el modelo artesano está obsoleto y no es necesario pasar largas horas aprendiendo cosas.
Ten cuidado que esta vista no te contagie. El dominio es un proceso transformador. A medida que nos enseñamos a hacer cosas nuevas y a romper límites anteriores, cambiamos hasta el nivel neurológico y físico. Además, la dependencia de la tecnología nos vuelve mansos y perezosos, nos vuelve tontos y nos impide desarrollar habilidades serias.
Según Robert Greene, habrá una gran división entre quienes han aprendido a gestionar las complejidades modernas y quienes no, entre quienes pueden adquirir habilidades y disciplinar su mente y aquellos que se distraen sin cesar con la tecnología y no pueden concentrarse. En pocas palabras, quienes se conviertan en maestros dejarán atrás a quienes desprecian el proceso de maestría.
Es hora de observar de cerca los niveles de dominio.
Niveles de dominio n.° 1: el aprendizaje, el aprendizaje del oficio
El viaje hacia la maestría comienza cuando cambiamos por primera vez de profesión o comenzar a adquirir nuevas habilidades. Este período suele durar de cinco a diez años y Robert Greene lo llama fase de aprendizaje. Aunque los detalles de la superficie cambian de un campo a otro, esta fase tiene características universales. En el camino dominamos las habilidades necesarias, disciplinamos nuestra mente y desarrollamos nuestras propias opiniones.
Cuando empiezas una profesión, tu mente se llena de ideas, sueños y fantasías falsas. Tu conocimiento se basa en emociones, inseguridades y experiencia limitada. Con el tiempo, aprende los conocimientos y habilidades necesarios para tener éxito en ese campo. Con el tiempo, dominará usted mismo y sus habilidades, y se convertirá en un profesional exitoso.
Robert Greene desea señalar que, aunque idealicemos a los grandes maestros, siempre podemos ver esta fase en su historia. Hubo un tiempo en el que eran novatos, y como no estaban creando trabajos sorprendentes ni haciendo descubrimientos trascendentales, nunca prestamos atención a esta fase. En este punto, son iguales a todos nosotros, pero bajo la superficie su mente se transforma. Esta es la primera transformación que experimentan en su viaje a través de los niveles de maestría.
El aprendizaje suena bonito, pero es desafiante y está lleno de peligros. No hay garantía de que tengamos éxito. Podemos sucumbir a las inseguridades, quedar atrapados en problemas y conflictos emocionales, o desarrollar miedos y deficiencias de aprendizaje. Es fundamental que dominemos nuestra mente a medida que emprendemos este viaje, y conocer los niveles de dominio es una gran ventaja.

Niveles de dominio y adquisición de habilidades
Una parte fundamental del aprendizaje es adquisición de habilidades. Para ilustrar esta fase, Robert Greene se basa en el sistema de aprendizaje medieval, en el que jóvenes de entre 12 y 16 años firmaban contratos de siete años con un maestro. Al final tenían que pasar una prueba maestra o producir una obra maestra. Luego ascendieron al rango de artesanos y pudieron ejercer su oficio.
En aquella época había pocos libros o dibujos, por lo que los aprendices aprendían el oficio observando al maestro e imitándolo lo mejor que podían. Hubo mucha repetición y trabajo práctico, con poca retroalimentación verbal. Trabajaron con los materiales que usarían para el producto final, por lo que debían concentrarse y evitar cometer errores.
Pasarás por un aprendizaje si quieres dominar los negocios, los idiomas, los deportes o el piano. e incluso si tu viaje es autodirigido, un día mirarás atrás y te darás cuenta de que has superado los niveles de dominio, incluido el aprendizaje.
Clave maestra: observar y repetir
En la actualidad, a menudo nos basamos en explicaciones prolijas y diagramas complicados. Pero en muchos casos, es más fácil observar y copiar que seguir instrucciones. La enseñanza verbal puede incluso interponerse en el camino, confundiéndonos y desviando nuestra atención del tacto y la sensación de la actividad.
El lenguaje es una invención reciente; mucho antes, nuestros antepasados ya aprendieron una variedad de habilidades, como la fabricación de herramientas, la alfarería y la caza. Confiaron en el poder de las neuronas espejo, observando e imitando a otros y repitiendo las mismas acciones una y otra vez.
Entonces la repetición es la clave del aprendizaje. Cuanto más repetimos correctamente una tarea, más fácil se vuelve. Incluso con actividades altamente mentales, como programar computadoras o hablar un idioma extranjero, aprendemos mejor mediante la práctica y la repetición. Repetimos, repetimos, repetimos hasta que quede arraigado y sin esfuerzo.
Los primeros niveles de dominio
El principal peligro en la fase de aprendizaje es que la adquisición de habilidades siempre comienza siendo aburrida y emocionalmente difícil. La clave es aceptarlo y ver este período como un proceso de crecimiento. Al igual que el ejercicio físico, el dolor y el aburrimiento que experimentamos aquí fortalecen nuestra mente. No busques distracciones constantes y atajos. No enciendas tu teléfono en lugar de estudiar o practicar: enfrenta tu resistencia de frente.
El dolor es un desafío que te pone tu mente. ¿Aprenderás a concentrarte y superar el aburrimiento, cosechando los frutos a tiempo, o sucumbirás como un niño al placer y la distracción inmediatos? Mucha gente espera resultados gratis; hay que adoptar el enfoque opuesto. Intente incluso obtener un placer perverso de esta primera parte del viaje, sabiendo los beneficios que vendrán.
Mi experiencia: aprender mandarín. Comencé a aprender chino mandarín en 2020. Mientras me dirigía a mi primera clase una noche húmeda de enero, miré hacia mi futuro. Veía un día lejano en el que podría usar libremente el idioma, pero parecía muy lejano y sabía que me esperaba mucho dolor y trabajo duro. Pero la experiencia de aprendizaje anterior me había demostrado que la Joroba de principiante Siempre fue la parte más desafiante, así que me comprometí a persistir hasta lograr el éxito. Ahora estoy en un nivel intermedio y el día en que domine el mandarín parece cada vez menos lejano.
Es útil saber qué sucede en el cerebro cuando aprendemos una nueva habilidad. Aquí el cerebro maneja grandes cantidades de información nueva, lo que resulta estresante y abrumador para el cerebro si sólo se ocupa un área limitada del mismo. Por eso, una gran cantidad de neuronas en la corteza frontal se activan para ayudar; esta área incluso aumenta de tamaño. Por eso sentimos lucha y tedio.
Una vez que la tarea se repite lo suficiente, se vuelve fija y automática, con un programa cerebral estable creado para ello. Las vías neuronales asignadas a esa actividad se delegan a otras áreas del cerebro y la corteza frontal conserva su tamaño.
En este punto, has experimentado una transformación. Adquieres un sentido de amplitud, aprendes a ser autocrítico y aceptas la dificultad de aprender. Te vuelves plenamente consciente de tus insuficiencias, pero te inspiran las posibilidades.
Mira mi video en La joroba del principiante para superar los obstáculos que encontrarás en los primeros niveles de dominio.
Las últimas etapas del aprendizaje
Ahora llevamos nuestro aprendizaje más allá. Habiendo automatizado algunas habilidades, ahora podemos observarnos a nosotros mismos mientras practicamos, tomando nota de nuestras debilidades y defectos. En este punto es útil tener comentarios y puntos de referencia.
Con más práctica, entramos en un ciclo de aprendizaje acelerado. Tenemos mayor espacio mental, podemos variar lo que hacemos y explorar los matices. Lo que antes era una sola habilidad ahora se abre como una flor, revelando una gran cantidad de posibilidades. Podemos practicar más tiempo, lo que aumenta nuestro nivel de habilidad y nos brinda más placer. Podemos buscar nuevos desafíos y nuevas áreas que conquistar manteniendo un alto nivel de interés.
Cuando el ciclo se acelera, nuestra mente a veces quedará totalmente absorta en la práctica y entrará en un estado de fluidez. Todos los demás estímulos entrantes se bloquean y te vuelves uno con el instrumento, herramienta u objeto de estudio. Tu habilidad ahora está más allá de las palabras, absorbida en el cuerpo y el sistema nervioso: se convierte en conocimiento tácito. Esta sensación de fluidez y de ser parte del instrumento son algunos de los grandes placeres que ofrece el dominio.
En el primero de los niveles de maestría, te transformas. Descubres habilidades previamente latentes, que emergen a medida que practicas. Te desarrollas emocionalmente y tu sensación de placer se redefine. El placer inmediato parece una distracción o un entretenimiento vacío para pasar el tiempo. Verás que el verdadero placer proviene de superar desafíos, lograr fluidez en tus habilidades y experimentar el poder que esto conlleva. Y desarrollas paciencia: el aburrimiento ya no indica la necesidad de distraerse, sino de nuevos desafíos que superar.
Experimentación: más allá del desarrollo de habilidades
Más adelante en la fase de aprendizaje, podrá pasar a un modo experimental activo. Esto puede significar asumir una mayor responsabilidad o iniciar un proyecto que te exponga a críticas. El objetivo es medir tu progreso y descubrir si todavía hay lagunas en tus conocimientos. Te observas a ti mismo en acción para ver cómo reaccionas ante los juicios de los demás. ¿Puedes aceptar la crítica y utilizarla de manera constructiva?
La mayoría de las personas esperan demasiado para hacer esto, generalmente por miedo. Es más fácil seguir aprendiendo las reglas y permanecer en tu zona de confort. A menudo es necesario obligarse a hacer esto antes de sentirse preparado. Al hacerlo, pones a prueba tu carácter, superas tus miedos y desarrollas un desapego de tu trabajo, viéndolo con nuevos ojos. Esta es una muestra de los niveles posteriores de dominio.
Niveles de dominio: pasar a la fase creativa-activa
El aprendizaje termina cuando ya no te queda nada por aprender. Es hora de declarar tu independencia o continuar aprendiendo en otro lugar para ampliar tus habilidades. Ahora, siempre que enfrente un cambio de carrera o la necesidad de aprender habilidades, este proceso será algo natural para usted. Has aprendido a aprender.
La clave de este proceso es hacer que nuestros años de estudio sean cualitativamente ricos. No debemos limitarnos a absorber información; debemos interiorizarlo y hacerlo nuestro dándole un uso práctico. También tenemos que buscar asociaciones entre los diversos elementos que estudiamos. Y si experimentamos fracasos o reveses, debemos aprender de ellos. Reflexionamos profundamente, tratando de comprender qué salió mal y discernir si nuestros errores siguen un patrón.
Después de todo este aprendizaje, comenzamos a cuestionar algunas de las suposiciones y convenciones que hemos aprendido en el camino. Pronto comenzaremos a experimentar y a ser más activos. He aquí la fase Activa-Creativa, como la llama Robert Greene.

Niveles de dominio n.° 2 de Robert Greene: la fase activa-creativa
Después de haber pasado por el Aprendizaje, querrás ser más activo en el uso de tus conocimientos y hacerlo de una manera que esté alineada con tus inclinaciones. Ésta es la característica definitoria de esta fase de Robert Greene.
Pero ésta no es una tarea fácil. Si queda atrapado en el miedo, es posible que este deseo disminuya. Cuando se sienta ansioso e inseguro, tenderá a volverse conservador con sus conocimientos, prefiriendo encajar en el grupo y seguir servilmente los procedimientos que ha aprendido.
La clave para entrar verdaderamente en la Etapa 2 es ser atrevido. Amplíe sus conocimientos a subcampos, experimente y examine problemas desde todos los ángulos posibles. A medida que tu pensamiento se vuelve más fluido, tu mente será cada vez más dimensional y verá más y más aspectos de la realidad.
Con el tiempo, acabarás oponiéndote a las mismas reglas que interiorizaste, redefiniéndolas y cambiándolas a tu medida. Te atreverás a ser diferente, mejorar y superar las limitaciones de tu campo. Esta originalidad te da poder.
Para ayudarle en este proceso, es fundamental que analicemos la mente convencional.
La mente convencional
La mente convencional es pasiva. Consume información y la regurgita de maneras conocidas. Contrasta con la mente dimensional, que está activa y transforma todo en algo nuevo y original, creando en lugar de consumir. Si te encuentras copiando a los demás sin cesar, es probable que estés atrapado en la mente convencional.
Robert Greene enfatiza que lo que nos mantiene estancados aquí no es la edad o la falta de talento, más bien nuestro espíritu, nuestra actitud.. Nos conformamos con el conocimiento que adquirimos y tememos tener nuevas ideas. Pensar con flexibilidad conlleva un riesgo: podemos fracasar y ser ridiculizados. Preferimos vivir con ideas y formas de pensar conocidas, aunque paguemos un alto precio por ello. Nuestra mente languidece por la falta de desafío y novedad. Llegamos a un límite en nuestro campo y perdemos el control de nuestro destino, porque nos volvemos reemplazables.
Mi experiencia: Escribir. Veo la mente convencional en el mundo de la escritura. A la gente le encanta aferrarse a lo establecido y odia cuando ofreces alternativas razonadas. Insisten en que su método es el mejor, incluso cuando a menudo resulta inútil o perjudicial. Esto es lo que resulta tan insidioso de Grammarly y otras herramientas automáticas: nos atan a una forma de pensar, limitada, sesgada y defectuosa. He desarrollado mi propio estilo flexible y creo que responde mejor a las realidades del lenguaje escrito que las reglas y fórmulas rígidas.
Niveles de maestría: la mente dimensional y la curiosidad infantil
La mente dimensional tiene dos cualidades clave: un alto nivel de conocimiento sobre un campo o tema, y una apertura y flexibilidad que nos permite utilizar este conocimiento de manera original. Labramos el terreno para la mente dimensional aprendiendo y dominando rigurosamente las habilidades básicas de nuestro campo. Una vez que la mente se libera del aprendizaje de los conceptos básicos, puede concentrarse en tareas más elevadas y creativas. El problema para todos nosotros es que el conocimiento que adquirimos puede convertirse en una prisión, encerrándonos en ciertos métodos y formas de pensar unidimensionales. La mente debe volverse activa y exploratoria.
Podemos inspirarnos en los niños, que son juguetones por naturaleza. Transforman todo lo que les rodea, juegan con ideas y circunstancias y nos sorprenden con las cosas novedosas que dicen y hacen. Pero su creatividad natural es limitada. Nunca conduce a descubrimientos, invenciones u obras de arte sustanciales.
Los maestros no sólo conservan este espíritu infantil, sino que añaden sus años de aprendizaje y una aptitud para concentrarse en ideas y problemas. Esto conduce a una creatividad de alto nivel. Aunque tienen un conocimiento profundo de un campo, su mente permanece permanentemente abierta a otras formas de ver y abordar los problemas.

Hacen las preguntas sencillas que la mayoría pasa por alto, al tiempo que poseen el rigor y la disciplina necesarios para seguir adelante con su investigación. Son capaces de pensar más allá de las palabras y de acceder a formas de actividad mental preverbales e inconscientes, lo que explica sus sorprendentes ideas y creaciones. El espíritu infantil de los maestros permanece latente durante la fase de aprendizaje mientras asimilan pacientemente los detalles de su campo. Regresa cuando obtienen la libertad y tienen la oportunidad de utilizar sus conocimientos.
Es más, Masters siempre posee una vena rebelde. Sufren cuando se les exige encajar y ser convencionales. Y aunque intenten reprimir este espíritu, a menudo regresa con el doble de fuerza. ¿La leccion? Sea valiente y vuélvase creativo, activo en lugar de convencional.
Para ello, hablemos de creatividad.
El esfuerzo creativo
La creatividad involucra todo nuestro ser: nuestras emociones, niveles de energía, carácter y mente. También necesitamos tiempo y esfuerzo para hacer un descubrimiento o inventar algo significativo. Esto puede implicar años de experimentación y muchos reveses y fracasos. Mientras tanto, es necesario mantener un alto nivel de concentración y tener fe en que el proceso dará frutos.
Como mencionamos anteriormente, tu tarea debe tener un elemento obsesivo y relacionarse con algo muy dentro de ti. Con un interés tan profundo podrás soportar los reveses y fracasos, los días oscuros y el trabajo intenso. Puede ignorar a los escépticos y críticos y se sentirá personalmente comprometido a resolver el problema.
Para que esto quede aún más claro, toquemos la ley principal que rige el éxito en esta fase.
Niveles de dominio: la ley fundamental de la creatividad
La ley fundamental es esta: Tu compromiso emocional se trasladará directamente a tu trabajo.
Entonces, si haces tu trabajo a medias y tienes que esforzarte hasta el final, el resultado será mediocre. Si haces algo principalmente por dinero, será desalmado y carecerá de tu sello personal. La gente se dará cuenta y recibirá tu trabajo con el mismo espíritu aburrido que tenías.
En cambio, si te entusiasmas y eres obsesivo en tu búsqueda, esto se notará. Si tu obra surge de lo más profundo de tu ser, su autenticidad será evidente. Intenta ver esta ley mientras interactúas con el mundo: los objetos hechos con amor aparecen como tales, mientras que los objetos sin alma irradian falta de amor y atención. Lo mismo ocurre con tu trabajo.
Elige algo que apele a tu originalidad y despierte sentimientos de rebeldía. Causará controversia y molestará a la gente; tal vez lo ridiculicen o lo ignoren. Al hacerlo, seguirás una línea poco ortodoxa. Incluso tener enemigos es una motivación poderosa y puede llenarte de energía y concentración.
Finalmente, libérate de la necesidad de comodidad y seguridad: las empresas creativas son inciertas por naturaleza y nunca puedes saber adónde te llevarán tus esfuerzos. Si te preocupa lo que piensan los demás, las convenciones te frenarán y nunca crearás nada. Si te pones nervioso por un fracaso o por un período de inestabilidad mental y financiera, estás violando la ley fundamental: ¡tus preocupaciones se reflejarán en tu trabajo! Piensa en ti mismo como un explorador: nunca encontrarás nada nuevo si no estás dispuesto a navegar.
Veamos estrategias para volverse altamente creativo.
Robert Greene y los niveles de dominio: estrategias creativas
Continuar expandiendo
Esta estrategia nos dice que adoptemos la humildad ante el conocimiento y sigamos investigando más. Michael Faraday comentó que el conocimiento científico nunca deja de avanzar y que las principales teorías de la época eventualmente quedan desacreditadas o alteradas en el futuro. La mente humana es simplemente demasiado débil para tener una visión perfecta de la realidad.
Las nuevas ideas inevitablemente serán desacreditadas o ridiculizadas dentro de varias décadas o siglos, pero ¿con qué frecuencia tomamos nota de esto? Nos reímos del conocimiento del pasado, mientras defendemos con vehemencia las teorías y modelos actuales. Es mejor tener esto en cuenta y nunca aferrarse demasiado a las ideas. También nos quedamos atrapados en el sesgo de confirmación, buscando sólo datos y hechos que respalden nuestro punto de vista, lo que sólo lo refuerza y afianza.
En realidad, nuestros sentidos y nuestra conciencia son limitados y sólo somos conscientes de una pequeña parte de la realidad. El universo está en un estado de cambio constante y las palabras y las ideas no pueden captar este cambio o complejidad. Para sincronizarse con esto, debes suspender la necesidad de formar un juicio sobre todo y estar dispuesto a sentir dudas e incertidumbre. A medida que lo haga, se le ocurrirán nuevas ideas. Todos los maestros poseen esta capacidad y es la fuente de su poder creativo.
Vaya exactamente en la dirección opuesta a la que suele elegir. Considere y acepte puntos de vista opuestos al suyo. Observar a una persona o un suceso durante mucho tiempo y resistirse a formarse una opinión. Busca lo que no sabes. En resumen, haz cualquier cosa que rompa tus procedimientos mentales normales y la sensación de que ya sabes la verdad.

El mundo pide a gritos ideas más atrevidas, personas que no tengan miedo de especular e investigar. La comodidad y la complacencia sabotearán tu búsqueda, te llenarán de ideas cómodas y pondrán en marcha una espiral descendente. Al carecer de creatividad, se aferrará incluso con fuerza a ideas muertas, éxitos pasados y la necesidad de mantener su privilegio. Haga de la creatividad y no de la comodidad su objetivo y garantizará mucho más éxito en el futuro.
Confía en las chispas repentinas
Sepa que muchos grandes descubrimientos ocurren cuando el pensador no está concentrado en el problema. La increíble idea surge en momentos de atención ilimitada: cuando están a punto de irse a la cama, de subir al autobús o cuando escuchan un chiste. Estos momentos no se pueden forzar. Cuenta la leyenda que Paul McCartney soñó la melodía de Yesterday. Convencido de haberlo oído en otro lugar, consultó a sus compañeros de música, quienes no lo reconocieron. La canción más versionada de la historia había caído en su regazo.
Los descubrimientos causales también son comunes en la ciencia y la tecnología: Edison, Röntgen, Fleming y Gutenberg se beneficiaron de ellos. Edison estaba trabajando intensamente para mejorar la mecánica del rollo de papel que recorría el telégrafo y registraba los puntos y líneas. Pero el trabajo no iba bien y le molestaba especialmente el zumbido del papel. Durante los meses siguientes, se dio cuenta de que podía utilizar ese mismo papel para grabar voces.

Para aprovechar la percepción repentina, lleve consigo un cuaderno en todo momento. Siempre que se te ocurra una idea, escríbela. Manténgalo al lado de su cama para anotar las ideas que surjan justo antes de acostarse o justo después de despertarse.
Buscar conexiones
Las personas creativas son capaces de resistirse al encasillamiento. Pueden examinar un fenómeno desde diferentes ángulos, notando cosas que nosotros no vemos porque sólo miramos de frente. Sus descubrimientos a menudo parecen obvios y nos preguntamos cómo permanecieron ocultos durante tanto tiempo. Pero esto se debe a que las personas creativas examinan lo que está oculto y no se apresuran a generalizar y categorizar.
Todo en la naturaleza tiene una estructura, una forma en la que las partes se interrelacionan, que tiende a ser fluida y difícil de conceptualizar. Preste más atención a estas relaciones para ganar una mayor sensibilidad hacia el panorama general.
Intente abordar un problema o idea con la mente abierta. Concibe todo en la naturaleza como un holograma: la parte más pequeña refleja algo esencial del todo, así que sumérgete también en los detalles. Esto combatirá tus tendencias generalizadoras y te acercará a la realidad. Tampoco te pierdas en los detalles y pierdas cómo reflejan el todo. Esta sería la otra cara de la misma enfermedad.
Mi experiencia: Enseñar matemáticas. Mi título universitario fue en una materia de matemáticas, por lo que en mis últimos años en la universidad y en los años posteriores a mi graduación, di clases privadas para niños de la escuela. La característica definitoria de mi tutoría fue que ayudé a los estudiantes a comprender realmente el tema. Claro, memorizamos fórmulas y aprendimos ciertos métodos, pero siempre me aseguré de que desarrollaran una apreciación del por qué, no solo del qué, porque esto pagó dividendos en mi propio viaje matemático. Sigo aplicando este principio a todo lo que aprendo.
Continuar a través de la frustración
La creatividad suena atractiva y expansiva, pero en realidad suele ser todo lo contrario. Los maestros tienden a experimentar el siguiente patrón: inician un proyecto basándose en la intuición y sienten entusiasmo por su posible éxito. Su proyecto está profundamente relacionado con algo personal y primario, y parece vivo en ellos.
Pero los maestros inevitablemente poseen otra cualidad que complica este proceso: no se sienten fácilmente satisfechos con lo que hacen. A medida que dan forma a su idea, pueden sentir entusiasmo pero también dudas sobre el mérito de su trabajo. Tienen altos estándares internos, por lo que empiezan a detectar fallos y dificultades en su idea original.
A medida que el proceso se vuelve más consciente y menos intuitivo, esa idea original que estaba tan viva empieza a parecer algo muerta. Esta sensación es difícil de soportar, por lo que trabajan con aún más ganas. Pero cuanto más lo hacen, mayor es su tensión y frustración. La gente normal tiende a renunciar o conformarse con lo que tiene: un proyecto mediocre y poco entusiasta. Pero los maestros ya pasaron por este proceso, por lo que entienden que deben continuar y que la frustración tiene un propósito.

Aquí está el truco. En un momento particularmente tenso, se soltaron. Esto podría ser tan simple como irse a dormir, hacer una pausa para tomar un descanso o trabajar temporalmente en otra cosa. Lo que inevitablemente ocurre es que la solución o la idea perfecta les llega por sí sola. El impulso del trabajo duro finalmente conduce al resultado final.
¿Por qué funciona así? Si mantenemos el entusiasmo durante todo el proceso, manteniendo la mentalidad intuitiva que lo generó, nunca nos distanciaremos de nuestro trabajo para examinarlo objetivamente y mejorarlo. Perder el impulso inicial significa trabajar y reelaborar la idea y no aceptar una solución fácil.
La frustración es una señal de que necesitamos descansar y la mayoría de las personas creativas lo aceptan. Y cuando nos desconectamos, las asociaciones que hemos acumulado continúan burbujeando bajo la superficie. Una vez que la tensión ha desaparecido, recuperamos la sensación de inspiración y aparece la solución.
Establecer plazos
Sepa también que tener exceso de tiempo es debilitante para la mente. Nuestras ideas y atención pierden poder y se nos escapan nuevos conocimientos. Por eso trabaja siempre con un plazo, ya sea real o inventado. Ante un periodo de tiempo limitado, la mente alcanza el nivel que necesita. Simplemente no puedes darte el lujo de sentirte frustrado. Cada día representa un desafío intenso y cada mañana te despiertas con ideas y asociaciones originales. Si no tienes una fecha límite impuesta, invéntate una.
Leer Parte 2: Convertirse en el maestro para obtener una comprensión completa de estos tres niveles de dominio.